La trampa de la empatía excesiva en la terapia de masaje: protegiendo sus límites profesionales
Durante nuestro recorrido como masajistas, nos guía la empatía y un profundo deseo de ayudar a los demás a sentirse mejor. Sin embargo, es fundamental comprender que existe una línea delicada entre ofrecer apoyo y sentirse abrumado emocionalmente por las necesidades de nuestros clientes. Hoy quiero compartir contigo una reflexión esencial sobre cómo proteger tus límites profesionales sin comprometer la compasión que nos define como cuidadores.
Imagínese la historia de una masajista llamada Claret, que enfrentó un gran dilema con su cliente, Magdalena. Magdalena, una mujer de cincuenta y seis años y recientemente viuda, encontró en Claret no sólo una terapeuta, sino una escucha de sus angustias. Inicialmente, Magdalena solo buscaba consejo sobre masajes, pero con el tiempo sus interacciones evolucionaron hasta convertirse en frecuentes conversaciones personales, llamadas telefónicas y correos electrónicos. Claret, impulsada por la compasión y las similitudes en sus experiencias de vida, no logró establecer límites claros desde el principio. Esto llevó a una relación en la que Magdalena se volvió demasiado dependiente y Claret se sintió abrumada y resentida.
Este caso pone de relieve un error común en nuestra profesión: la empatía excesiva. Cuando permitimos que la línea entre el apoyo profesional y el compromiso personal se desdibuje, corremos el riesgo de experimentar agotamiento emocional y comprometer nuestro bienestar y eficacia profesional. La historia de Claret Coromoto y Magdalena nos enseña que es fundamental establecer y mantener límites saludables.
Estrategias para gestionar esta dinámica
Comunicación Clara desde el Inicio
Desde las primeras sesiones es importante comunicar las expectativas y límites de nuestro servicio. Explíqueles que, aunque usted se preocupa profundamente por su bienestar, su función se centra y se limita a la terapia de masajes.
Profesionalismo y Personalidad
Es fundamental diferenciar entre ser profesional y personal. Puedes ser amable y cálido sin compartir detalles personales ni involucrarte en asuntos que no estén relacionados con el contexto de la sesión de masaje.
Firmeza y empatía
Si un cliente comienza a exigir más de su tiempo fuera de las sesiones, sea firme pero gentil al reiterar sus límites. Por ejemplo, podría decir: "Entiendo que estás pasando por un momento difícil y quiero apoyarte durante nuestras sesiones. Centrémonos en cómo el masaje puede ayudar durante este tiempo juntos".
Referencias adecuadas
Si nota que un cliente necesita más apoyo del que usted puede brindarle, no dude en recomendar profesionales de salud mental. Esto no sólo ayuda al cliente a encontrar el apoyo adecuado, sino que también mantiene la integridad de su función como masajista.
Autoevaluación y Autocuidado
Reflexiona periódicamente sobre tus motivaciones y necesidades personales. A veces podemos dejarnos llevar por nuestras propias experiencias y emociones no resueltas. Priorizar el cuidado personal y la supervisión regular con otros profesionales puede proporcionar información valiosa y evitar que traspasemos nuestros límites profesionales.
Cierro este artículo recordándoles a todos que nuestra verdadera fortaleza como terapeutas radica en nuestra capacidad de cuidar a los demás sin perdernos a nosotros mismos en el proceso. Al establecer límites saludables, no solo protegemos nuestra salud mental y profesional, sino que también brindamos la mejor atención posible a nuestros clientes.
Espero que este artículo sirva como un recordatorio valioso y una herramienta útil en su práctica diaria.
La empatía es una cualidad increíble, pero debe equilibrarse con la conciencia y el respeto por nuestros propios límites.
Déjame en los comentarios qué piensas sobre los límites.
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